Las nuevas técnicas de producción de fibras de carbono nanoestructurado para crear materiales compuestos están mostrando su potencial en el sector del automóvil. Estos materiales permiten reducir hasta un 40% el peso de los vehículos, con el consiguiente ahorro energético. Además, suponen una mejora en la seguridad del pasajero, ya que absorben el impacto del golpe sin romper la superficie.
La utilización de estos materiales en electrónica resolvería dos de los principales problemas que plantea la miniaturización; capacidad para transportar altas densidades de corriente y disipación de calor.
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